jueves, 8 de julio de 2010

The New York Times elogió a Forlán

En agradecimiento a la actuación del delantero uruguayo Diego Forlán en este Mundial de Sudáfrica 2010 les dejo la traducción de la nota que hizo el periodista Rob Hughes elogiando su performance, esta nota salió publicada en el diario norteamericano The New York Times el 6 de julio de 2010. La caricatura de Forlán pertenece al caricaturista William Ferreira.
Diego Forlán, goleador, líder y sin embargo no fue finalista.
Los holandeses están de regreso, donde su historia y sus dos goleadores, Wesley Sneijder y Arjen Robben, merecidamente los colocaron. Pero en toda semifinal, siempre hay un amargo y profundo dolor, por algún hombre que no merecía perder.
Ese hombre el martes fue Diego Forlán. Un líder, un delantero, un caballero que casi colocó a su equipo en la cima de esta copa del mundo. Forlán merecía un lugar en cualquiera de los dos equipos que aún pueden ganar: Holanda o España.
Sin Diego Lugano, el lesionado capitán organizando la defensa, los celestes estaban abiertos en el fondo. Sin Luis Suárez, el suspendido compañero de ataque de Forlán, Uruguay carecía de un segundo delantero de astucia y movimiento.
A pesar de esto, y de la derrota por 3 a 2, Forlán se mostró técnica y temperamentalmente, como uno de los mejores jugadores del partido. Por algo llevaba en su brazo el brazalete de capitán de la selección uruguaya.
Forlán vió como su homólogo holandes, Giovanni van Bronckhorst, anotaba un golaso con un tiro a 27 metros de distancia. Entonces hecho mano a su gran técnica para igualar.
Su disparo no fue de tan lejos, pero fue mucho más bello. Se valió de un amague para desviar al marcador y crear espacio para el tiro. Entonces, con un simple toque de su pie izquierdo, impulsó la pelota a una velocidad sorprendente.
Al igual que Muslera, el gigante golero holandés Maarten Stekelenburg, fue sorprendido por la pelota y el tiro de Forlán pasó por encima de su cabeza.
Entonces el partido se puso 1 a 1, con un cañonazo de un capitán, y un disparo con efecto del otro.
No fue la primera vez en el torneo que Uruguay tomó coraje con su lider. No fue la primera vez en sus 31 años de vida que Forlán demostró lo que es un hombre y un jugador con clase.
Su carrera y su vida son extraordinarias. Él siguió los pasos de su padre Pablo quién jugó para Uruguay en la Copa del Mundo de 1974. También su abuelo materno jugó al futbol, en el Club Independiente de Argentina, en la década del 30 y dirigió a la selección uruguaya al principio de los años 60.
Pero no es solo como jugador de fútbol que Diego Forlán impresiona. Cuando tenía 13 años, y todavía no se había decidido entre el fútbol o el tenis, su hermana mayor Alejandra quedó paralítica a causa de un accidente de auto. El joven Diego, le prometió en el hospital que se iba a convertir en un importante jugador de fútbol, para ganar suficiente dinero y asegurarle a ella una buena calidad de vida.
Fiel a su palabra, comenzó a jugar en Argentina a los 17, se trasladó al Manchester United, luego a España donde, primero en el Villarreal y ahora en el Atlético Madrid, ha sido uno de los goleadores más productivos de Europa.
Su etapa en el Manchester, entre 2002 y 2004, fue la más difícil y a la vez la más reveladora de su carrera. Su equipo ganó tres títulos consecutivos de la Premier League, sin embargo logró solo 17 goles en 98 partidos, cuando su promedio es de al menos un gol cada 2 partidos.
A pesar de esto, su técnico Alex Ferguson, apoyó y seleccionó siempre a Forlán. Por eso seguramente este veterano director técnico europeo, no se debe haber asombrado al ver la clase de Forlán en esta Copa del Mundo. Cuatro goles en Cinco partidos, todos ellos con calidad, colocan a Forlán muy lejos de las decepcionantes actuaciones de Wayne Rooney y Cristiano Ronaldo, quienes anotaron toneladas de goles en el Manchester United.
El esfuerzo de Forlán también se ve fuera de la cancha. Él también trabaja con dedicación para la fundación de su hermana, que busca disminuir los accidentes de tránsito en el Uruguay. Además como representante de Unicef, intenta mejorar la vida de las personas con discapacidad.
¿Un perdedor? El martes seguramente si, pero en esta Copa del Mundo y en la vida seguramente no.

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