domingo, 2 de agosto de 2009

Lectura caliente extraída del libro "El Rey de la Habana" de Pedro Juan Gutiérrez

"Alguien preparó dos cigarritos de hierba, y circularon. Uhmm, muy bien. Sabrosa hierba de Baracoa. Dos cigarritos más. Y circularon. Y más cerveza. A las mulatas se les fue la hierba y el lague para la cabeza. Empezaron a desnudarse. Suavemente. Provocativamente. Sin prisa. Las tres. Se quedaron en bragas. Rey quedó absorto, mirando a la más joven. Las otras dos habían parido y tenían las tetas y la barriga un poco flojas. Los culos si eran inmejorables. Duros y muy bien colocados. Ohh. Tuvo una erección formidable. Cuando miró a su lado, los cinco negros se pajeaban, suavemente, sin prisa. Todos borrachos. ¡Riquísimo! ¡Esta gente esta fuera de liga! Él también desenvainó su material. Las mulatas seguían bailando sensualmente, admirando las espléndidas pingas oscuras. Se acercaban, acariciaban alguna. Se bajaron las bragas. Quedaron totalmente desnudas. Los negros se pusieron brutos y querían meter al mismo tiempo las cinco pingas en los tres bollos. Pero evidentemente era imposible. Ellas querían probar. Tal vez era posible. Rey se quedó pajeándose suave, sin prisa, observando. Una de las mulatas tomó la iniciativa:
-No, quiero verla, dentro no, dentro no. Échala en mi barriguita, ven. Aquí en las tetas.
Ya no pudieron resistir más. Era demasiado. Uno soltó todo su semen sobre la barriga y las tetas de aquella que lo pedía. Los otros no pudieron aguantar más y ahh, mucha leche. Cinco pingas disparando al mismo tiempo sobre tres vientres. Rey se contuvo más. Los otros terminaron y entonces Rey se levantó, meneándola aprisa. Los compresores estaban chirriando y zumbando. No se escuchaba nada. Rey les indicó que se pusieran una junto a la otra. Él tenía los ojos chinitos, ellas también. La orgía de la leche. Las tres se frotaban el semen que corría por sus vientres. Entonces Rey disparó su chorro. Un poco para cada una. Como una ametralladora. Fuerte. Potente. Ah, qué bien. Todos respiraron profundamente. Guardaron sus tarecos. Las mulatas se vistieron, muy divertidas, todos riéndose. Y siguieron bebiendo. La cerveza estaba helada. Y sabrosa. Muy sabrosa."

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